Hoy por hoy he escuchado a muchos docentes decir que es muy complicado lograr tener el interés de sus estudiantes, que es difícil motivarlos. En este sentido, debemos comprender que cada estudiante es único y que la motivación es primordialmente intrínseca entonces, si queremos la participación de los estudiantes en nuestras sesiones, debemos también darle al estudiante el protagonismo de su proceso de aprendizaje, que este se sepa dueño de su aprendizaje.
Es importante también ayudarlos a que encuentren el valor en el aprendizaje que les pueda ayudar en su vida cotidiana. En ocasiones, el valor será de una utilidad claramente práctica y en otras, tomará la forma de una sólida base de conocimientos y competencias que le faciliten desenvolverse con soltura ante retos y situaciones de la vida.
En este proceso, el estudiante también debe entender que su aporte es significativo para que todos los involucrados, docentes y compañeros, puedan aprender. Su participación debe ser propositiva, para esto el docente debe construir acuerdos con los estudiantes basados en una constante comunicación.
Lo ideal es que las clases tengan una riqueza metodológica, es decir: que los y las estudiantes vean y sientan novedades, que sean de alguna manera sesiones personalizadas en las cuales el estudiante no se sienta “uno más”.
Y entonces, ¿Qué podemos hacer para motivar la participación activa de nuestros estudiantes?
Algo súper básico es conocer a tus estudiantes, darles tiempo y generar en ellos confianza, saber cuáles son sus gustos, inquietudes e intereses; de esta manera podremos realizar una mejor programación de nuestras sesiones con actividades que generen el interés de los y las estudiantes.
También debemos valorar lo que hacen, para reforzar su protagonismo y generar la reflexión final en el momento del cierre de la sesión, para que los chicos se lleven algo más objetivo de la clase y no crean que solamente fue una secuencia de actividades sin un para qué.
A la par del punto anterior, también debemos elogiar a nuestros estudiantes, pero no me refiero a “elogiar por elogiar”; sino a estudiantes que, por ejemplo, tengan actitud positiva, sean emprendedores o muestren interés. ¿A quién no le gusta que lo elogien por algo bueno que hemos realizado? Esto impulsa al ser humano a seguir trabajando para mejorar.
Despertar la curiosidad a través del factor sorpresa, diseñar las clases de tal manera que los estudiantes sepan qué van a trabajar, pero no necesariamente cómo lo van a realizar; esto generará el gancho para lograr su interés. Se puede utilizar diferentes herramientas tales como: role-playing (actuaciones), videos, análisis de casos, simulaciones, discusiones en grupos pequeños, brainstorming (lluvia de ideas).
Otro aspecto importante es el uso de las TICs, estas ya deberían estar inmersas en todas las programaciones para trabajar las competencias digitales, pero aún muchos docentes no las tienen en cuenta. Lo digital tiene un poder de atracción sobre los jóvenes y, en lugar de verlo como un peligro, podemos aprovecharlo para dirigir su interés hacia los aprendizajes que queremos transmitirles.
Tenemos la tecnología al servicio de la participación activa de los y las estudiantes.
Los docentes tenemos un ramillete de herramientas para lograr el interés y la participación de los y las estudiantes, pero para que estas sean efectivas, es básico conocerlos, saber cuáles son sus motivaciones, temores y trabajar en base a ello. Recordando en todo momento que ellos personas únicas, valiosas e importantes.
Milagros es Facilitadora de Visionaria en la región Cusco, Perú. Como Comunicadora ella interactúa y acompaña, dese el 2018, de manera directa a los docentes en la implementación del Programa de Visionaria para Instituciones Educativas (VpIE) y en la realización de los proyectos liderados por los mismos jóvenes en sus comunidades.