Cuando Yon Kevin, de la comunidad de Chinchaypujio en la provincia de Anta – Cusco (Perú), nos cuenta que una de las motivaciones más grandes que tiene para seguir aprendiendo es el impulso por enriquecerse como persona a través del estudio, podemos advertir que a sus 15 años tiene un gran sentido de determinación, en especial si conocemos un poco más de su historia.
“Para muestra, un botón” dicen, en este caso, un episodio en su vida. En una tarde de faenas agrícolas en la cual por usanza los roles de géneros son dramáticos, es decir infaltablemente las mujeres se dedican a preparar los alimentos, mientras los varones se hallan labrando la chacra; nos encontramos a Yon Kevin siguiendo sus labores escolares desde casa, una escena muy común en estos tiempos de pandemia y educación a distancia. Es entonces cuando su mamá le pide que coopere sirviendo y llevando la comida a los demás invitados en la faena. A pesar de sentirse muy presto a participar en estas actividades familiares, experimentará y reflexionará sobre lo que en definitiva es una actitud violenta propia de una estructura machista: las burlas de otros varones por cumplir con labores que se asumen reservadas solo para mujeres. “Me decían cocinero” cuenta, recordando el claro tono condescendiente, “me sentí un poco mal y no les di tanta importancia, porque esas son cosas de estereotipos” comparte y delibera a la luz de sus recuerdos.
La oportunidad para expresar sus sentimientos a raíz de esta experiencia la encontró en la sesión “Reconociendo prejuicios y estereotipos culturales” que es parte de la estrategia “Aprendo en Casa – Visionaria”. Esta sesión resultó siendo para muchas y muchos jóvenes como él, una ventana desde la cual pueden avistar un mundo que intuyen es muy diferente, incluso mejor que el que viven. Este mundo, por supuesto no está necesariamente limitado por barreras geográficas, y aunque por el momento puede ser un mundo futuro, lo importante es que crean y sigan creyendo en él, más allá de su edad, lo importante es que descubran la capacidad de empoderarse, es decir, su capacidad interior para hacer ese mundo posible. Si bien la sesión de aprendizaje estaba orientada para identificar estereotipos y prejuicios culturales, como pueden ser los que conducen al racismo, fue acertado el enfoque de Yon Kevin al realizar una crítica de los sesgos de género. En su experiencia, éstos provienen de un ámbito cultural arraigadamente machista y además, infiere, “los estereotipos son la base de actitudes discriminatorias y que pueden tener consecuencias gravemente violentas”.
En esta historia, también es destacable el papel llevado a cabo por la conductora de esta experiencia de aprendizaje, la maestra Yajaira Anco Caballero, quien supo valorar el proceso de Yon Kevin y motivarlo desde el primer momento. La maestra Yajaira encuentra su propia inspiración en lograr ayudar a sus estudiantes a ser mejores personas, en contribuir a la construcción de sus personalidades y se siente satisfecha observando cómo tantos seres humanos alcanzan nuevas metas. En ese mismo curso, ella nos cuenta que Yon Kevin, a pesar de ser un joven responsable, era muy tímido en clases y reacio a ser escuchado por sus compañeras y compañeros, sin embargo la modalidad de educación a distancia le permitió poder expresarse con mayor libertad. Ella aprovechó las retroalimentaciones para comunicarse personalmente con él, como hizo con otras y otros estudiantes, para reafirmar la confianza que como docente tiene en su potencial y pedirle su compromiso en este tiempo de grandes retos. Muy orgullosa, ella nos comenta que Yon Kevin ha respondido positivamente al desafío y no solo ha demostrado una gran seguridad y apertura para compartir sus aprendizajes, sino una notable autonomía al destinar el dinero de sus ahorros para poder realizar recargas de saldo necesarias para sus clases a distancia, aún cuando no sentía un gran apoyo moral y económico de parte de su familia. Con el paso de los meses, el joven demostraría a mamá y a papá cuán enormes son sus ganas de seguir educándose, consiguiendo además de su apoyo y su fe, brindarles en este tiempo una gran lección de vida.
Como reflexiones finales, Yon Kevin encuentra muy necesario preservar los derechos de todas las personas mediante una ley de igualdad de género y así lo manifiesta en una entrevista realizada para el espacio “Compartiendo en Comunidad” dentro de los Talleres Colegiados Visionaria, dirigidos a las y los docentes que llevan el Programa de Visionaria para Instituciones Educativas 2020, donde destacamos la evidencia de su experiencia de aprendizaje, la cual consistió en elaborar una propuesta de acuerdos que fomenten la deconstrucción de estereotipos y prejuicios. Entre los elementos a los cuales hace referencia, logró identificar el control social aún latente en el establecimiento cotidiano de roles de género, al descubrir la relación entre este control y sus desenlaces violentos. Es importante que desde su corta edad, Yon Kevin encuentre el camino para desembocar sus intenciones en acciones por la igualdad de derechos. En Visionaria tenemos el convencimiento que, así como él, muchas y muchos jóvenes que han sido capaces de elegir emplear todos sus recursos para educarse, a pesar de los muchos obstáculos al frente, están desarrollando en cada paso una conmovedora capacidad de convertirse en agentes de cambio. Gracias docentes por estar a su lado, todas y todos estamos en el mismo camino.