La convivencia que se genera es fundamental para el éxito de los objetivos en todos los espacios laborales en general y el ámbito educativo no es una excepción. Para impulsar la positiva y productiva convivencia y gestión entre docentes y directores, es importante reconocer al director como pieza clave para el éxito del logro de las competencias requeridas por el Ministerio de Educación, además de propiciar un clima laboral propicio para el correcto funcionamiento de los servicios de apoyo que requieren los docentes. Es así que se puede impulsar el logro y cumplimiento de sus funciones e ir innovando en el camino, generando así buenas relaciones con sus públicos internos y externos.
Ejercer el cargo de director o directora de una institución educativa pública muchas veces no es nada fácil de enfrentar, a causa de factores como: el estado de la infraestructura con la que se cuenta, la falta de materiales de pedagógicos en las instituciones educativas, procesos administrativos lentos y la falta de asignación oportuna y a tiempo del plantel docente. Sin embargo, el director o directora, como representante de la institución educativa, debe asumir de manera exitosa las carencias y conflictos como los anteriormente mencionados.
Los directores y directoras de las instituciones educativas son líderes y lideresas pedagógicas que implementan estrategias para mejorar la convivencia y desarrollar mejoras integrales en sus instituciones para lograr que el servicio educativo ofrecido sea de calidad. Para ello, se pueden tomar acciones tales como promover el trabajo en equipo de sus docentes, estimular iniciativas de innovación en el trabajo pedagógico, alentar a las buenas prácticas educativas y potencializar las capacidades de su equipo de educadores. Asimismo, el reconocimiento del trabajo individual y grupal, además de actuar con justicia, colaborarán para generar el buen clima de trabajo.
Ahí donde existe un líder pedagógico que diseña, ejecuta e implementa estrategias para mejorar la convivencia y gestión entre docentes, y además las transversaliza y considera en sus instrumentos de gestión anual, habrá más probabilidades de formar estudiantes seguros, con enormes potencialidades, en nuestra sociedad diversa y aún desigual. Aspiramos a una educación que contribuya con la formación de todas las personas sin exclusión, así como de ciudadanos conscientes de sus derechos y sus deberes.
¿En nuestro país, a qué educación aspiramos nosotros los peruanos para asumir los desafíos del presente siglo?
La implementación del Currículo Nacional de la Educación Básica responde a los retos de la actualidad y a las diversas necesidades de nuestra sociedad, además de que apunta a formar a los estudiantes en lo ético, espiritual, cognitivo, afectivo, comunicativo, estético, corporal, ambiental, cultural y sociopolítico, a fin de lograr su realización plena en la sociedad. Es por ello que necesitamos que directores y directoras de las instituciones educativas públicas sean líderes y lideresas pedagógicas, implementando constantemente estrategias para mejorar la convivencia y desarrollar mejoras integrales en sus instituciones educativas, para así alcanzar aquello que aspiramos de la mayoría de las y los peruanos.
Eliana es Facilitadora Visionaria en la región de Cusco, Perú. Como comunicadora social y facilitadora, ella interactúa y acompaña de manera directa a los docentes en la implementación del Programa de Visionaria para Instituciones Educativas y en la realización de los proyectos liderados por los mismos jóvenes en sus comunidades.